Tercera edición de la salida de montañismo invernal de CUBA
La Capitanía de Andinismo realizó una salida de montañismo invernal los días 6, 7 y 8 de julio en la región de Penitentes y la Quebrada de Matienzo, en el Alto de Mendoza.
La instrucción incluyó técnicas básicas de escalada en hielo en la cascada conocida como "zona peligrosa": uso de crampones, piolets, raquetas de nieve, y campamento invernal con pernocte en la Quebrada misma.
El trekking se inició en Las Cuevas hasta la cascada de Laguna del Potrero Escondido con vistas increíbles y una gran cantidad de nieve. La ola de frío polar y el buen tiempo favorecieron el curso y la experiencia de varios participantes que no habían hecho nunca un campamento invernal.
Participaron de esta actividad Joaquín Iturriaga, Ramón Iturriaga, Federico Magnasco, Eduardo Imposti, Facundo Beltrán y Juan Borda Rojas.
“La linda actividad que se armó, a pesar que no se hicieron todas las cosas que se planearon, permitieron el disfrute de la naturaleza que nos regaló un invierno benévolo con días diáfanos llenos de sol y nieve, sin viento. La buena onda que se generó donde todos nos cuidamos mutuamente y compartimos excelentes momentos. Algunos con su primera experiencia de alta montaña invernal, aprendiendo los trucos de cómo manejarse. Cargados hasta los dientes de equipo, a los pocos kilómetros nos empezamos a olvidar de lo pesada de la mochila o lo incómoda de la nieve blanda y nos empezamos a poner contentos de lo vivido y aprendido en la montaña. Las charlas sobre filosofía y otras yerbas, las experiencias de cada uno, las charlas serias y las otras. El abrigo de la carpa a -16०C, los piolets, los grampones semis o no?, cada elemento y material entendido para un uso, separando lo técnico de lo que no lo es. Todo junto, un aprendizaje común. Las personalidades de cada uno que aparecen de manera franca, sincera, auténtica. Cada mate compartido, una sonrisa, un guante sin un dedo, la oreja quemada, la ansiedad de la salida, el equipo, la picada, etc, tantas cosas metidas en la vastedad de un valle que enamora más cuando se viste de blanco. Las vegas y sus puentes frágiles y cóncavos, pero lo suficientemente sólidos para nuestras raquetas cansadas. La música, Elvis, el atardecer y la alegría de volver llenos de montaña y anécdotas. ¡Gracias CUBA! Por más escalada en hielo y más invernales. VQV.”