La pandemia, la falta de fechas idóneas, la suspensión por cuestiones climáticas y otra serie de factores fueron la causa de que en los últimos años no se realizaran las olimpíadas de mayores en Palermo.

Pero este año la cosa cambió. Y a partir de la iniciativa de un grupo de capitanes de las olimpíadas de menores se pudo organizar el tan esperado evento. Hubo una gran convocatoria y se formaron 4 equipos con más de 20 integrantes cada uno.

La agenda de competencias incluyó la gran mayoría de juegos clásicos de las olimpíadas cubanas, a saber: pañuelito, postas de embolsados y papa cuchara, revuelto gramajo, quemado, buceo, postas en la pileta y el cierre a todo trapo con la disputada cinchada en la que participan todos los integrantes de los equipos. El desarrollo de las pruebas no marcaba una tendencia clara respecto a quién sería el ganador, por lo que todas las competencias se vivían como si fueran la última.

Luego de más de 5 horas de disputa y finalizada la cinchada fue la hora de la entrega de premios. Como siempre se hizo hincapié en la impecable tarea llevada adelante por los empleados del Club en el armado y desarmado de toda la infraestructura necesaria para el desarrollo de las pruebas, y se le otorgó un reconocimiento al profesor Alejandro Vieyra, que colabora con las olimpíadas desde hace muchos años. Otros premios individuales fueron otorgados a Mónica Martini por su perseverancia, a Mercedes Glenny por el esfuerzo, a Luis Paz por el desempeño y a Santiago Fraga Di Bella por la caballerosidad deportiva.

Entregados los premios solo restaba saber quién era el campeón, que resultó el equipo Rojo, capitaneado por Verónica Klein e integrado por Mariana Etchepareborda, María Paz Tosoni Carrera, Virginia Matias, Juliana Cibalerio, Rocío Ottonello, Florencia Glenny, Maxi López Dardaine, Luis Paz, Ignacio Zubiaurre, Adolfo Gonzales Chaves, Agustín Farah, Mateo Boero, Andres Papaleo, Lautaro Inchausti, Mateo Sayan y Marcos Lopez Dardaine.

Como siempre, al finalizar las olimpíadas muchos de los cansados participantes se quedaron en la sede para compartir un cierre de camaradería. Ya estamos ansiosos porque llegue 2023 y se realice una nueva edición de esta tradición cubana.